La luna llena tiene inquieto al hombre. Su luz lo avergüenza, le impide sentir claramente todo el dolor presente. ¿Qué por qué se fue? Seguro que ni ella misma lo sabe. Y seguro que él tampoco quiere enterarse ya. La humillación caló hondo y no hay explicación que pueda remediarlo.
El hombre odia mirar la luna, la redondez de la luna. Pero la está mirando. Parece que quiere sufrir. Y hace lo posible por compararla con su dolor; quisiera decir que la luna se le figura una gran boca del cielo implorando nada, quisiera preguntarse si el sufrimiento será así, un círculo, sin principio ni fin. Pero a lo más que llega es a lanzar un bufido con sabor a vodka.
No hay peor enemigo que el inalcanzable, el lejano, el brillante, con el que uno no se puede meter. El rostro del hombre se torna molesto, la pelota blanca lo distrajo de sus pensamientos. Él quiere sufrir, pensar en la traición, en los celos, en lo torturante de su soledad. Pero le es imposible, se interpuso la luna, y eso no se le hace nadie.
No lo soporta más. Mientras sus dedos se desprenden lentamente del arma, un resplandor ilumina un boquete en su pecho, tan redondo y grande, como la desdichada luna.
lunes, 28 de mayo de 2007
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2 comentarios:
Todos vivimos de distinta forma la luna, pero nunca podemos ser indiferentes. ¡Muy bien!
Tú eres la maga??? Eres Ary?? jijijiji, nunca pensé que tuvieras un blog...
Chin, ya me dio penita con ustedes. Ahora saben algo raro de mí... siempre he sido un poco rara...creo.
En fin, no es casado, es divorciado, y no estoy pensando en el amor idílico, sólo en ver qué pasa. Ya les contaré si pasa algo, puede que no.
Un abrazo y sigo cuestionándome si eres Ary o te pareces jijiji. Besos.
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