Se trata de echar a perder un fragmento del cuento La esperanza, de Villiers de l’Isle Adam, al hacer obvias las pistas que da para el descenlace.
Este es el fragmento modificado:
La puerta se abrió. El rabí pensó que la llave y el cerrojo enmohecido se confabularon para que el familiar fallara en su intento de cerrarla. La esperanza se le desbordó de cada llaga cuando se imaginó libre, sanando con el sol la amargura de su cuerpo herido. Pero nada fue capricho del azar. El familiar lo esperaba afuera, pues no había peor tormento que hacerlo soñar para cortarle las alas.
El original es:
El rabí Abarbanel, seca la boca, embotado el rostro por el sufrimiento, miró sin atención precisa la puerta cerrada. “¿Cerrada?…” Esta palabra despertó en lo más íntimo de sus confusos pensamientos un sueño. Había entrevisto un instante el resplandor de las linternas por la hendidura entre el muro y la puerta. Una esperanza mórbida lo agitó. Suavemente, deslizando el dedo con suma precaución, atrajo la puerta hacia él. Por un azar extraordinario, el familiar que la cerró había dado la vuelta a la llave un poco antes de llegar al tope, contra los montantes de piedra. El pestillo, enmohecido, no había entrado en su sitio y la puerta había quedado abierta.
Si quieres leer el cuento completo apriétale aquí
miércoles, 30 de mayo de 2007
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