Nostálgica altivez. Músculo hecho adorno; un rayo de llama opacada por leviatanes de hojalata: esto es el caballo en nuestros días.
Viejo jubilado de milenarias batallas, no le queda más que desplegar su belleza en el ojo que lo mira. Y lo hace con orgullo, a manera de guiño con los tiempos idos.
Rebelde sin oficio, sueña que pasta en verdes prados del monte Olimpo, cual Pegaso, o que construye imperios de más de 20 kilómetros cuadrados al lado de brillantes generales. Para no olvidar su origen, de vez en cuando sale a la pista luciendo indómita entereza, pero acaba por ceder su fuerza al placer de su jinete, mientras sus belfos silenciosos contienen la sonrisa, como todo un caballero.
¿A dónde irá a parar el caballo, rumiando tanta melancolía, al saberse destinado como bocado humano o mero ornato? Enjuguemos pues con un respetuoso reconocimiento las lágrimas equinas, y aceptemos que lo que le quedaba al hombre de hombre era gracias al caballo.
martes, 14 de agosto de 2007
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10 comentarios:
Ya lo había leído, pero ahora que lo hago de nuevo creo que me gustó más.
Salu2
¿A dónde iremos a parar todos?
a donde nos lleve el destino.
My Kingdom For a Horse!
Es mi primera entrada aquí, llegue por el blog de Irais, me recibes?
Irais, lunabrillantee y seer of visions, bienvenidos. Un gusto tenerlos por acá.
Gracias por visitar este espacio, Sifo.
Saludos!!!!!!!!!
Yo no había escuchado de ello.
Chale,
Caludos...
hay si, entonces ¿ya dejas de escribir?... ¿otra vez?
Pido post...
Felicitaciones por su trabajo.
Visite henricksonbajofuego.blogspot.com,
desde Chile,
Carlos H.
muy bueno...la verdad no tengo nad ainteligente que comentar...
pero amenazo con volver menos vacio...
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